Existe una cierta creencia acerca de que los vecinos de un edificio se van a llevar mal en la mayoría de los casos. Aunque esto no debería ser una regla general, los problemas de convivencia en un edificio son algo bastante frecuente. Si nos encontramos con un vecino molesto, ¿qué hacer?
Antes de proceder a denunciar a un vecino molesto conviene saber en qué casos nos van a dar la razón. Tener un vecino problemático no siempre es denunciable. Hay que saber cuales son las conductas que afectan a la convivencia y que legalmente están contempladas como motivo de denuncia.
Existe una amplia normativa que recoge este tipo de situaciones y que determina las normas y cómo actuar con un vecino molesto.

¿Por qué nos molesta nuestro vecino?
Uno de los principales problemas de convivencia es el ruido. En este caso, las normas son muy claras y se fijan estrictamente los límites en decibelios que, dependiendo del municipio, pueden variar entre 35 y 25 decibelios según se produzcan durante el día o la noche.
Los ruidos de los vecinos son una molestia importante y es bueno saber que si superan los límites legales son sancionables.
Existen otros muchos posibles conflictos entre vecinos. Algunos de ellos tienen que ver con el uso privado de elementos y espacios comunes por parte de un propietario o de un vecino de alquiler molesto. En esos casos es necesario recordar el carácter comunitario de esos elementos.
¿Cómo actuar ante un vecino molesto?

Pero ¿cómo actuar con un vecino molesto? Si ha fallado la comunicación verbal, algo que sucede habitualmente, se puede llamar a la policía para que revise si la actividad molesta está fuera de la normativa. En casos de ruidos o actividades contra el medio ambiente, se puede interponer demanda penal.
Igualmente se puede acudir al Ayuntamiento para que tome cartas en el asunto mediante la comprobación por parte de sus técnicos.
Aunque, antes de llegar a estas soluciones, se debería exigir al presidente de la comunidad que solicite formalmente un cambio de actitud al vecino problemático.
Si aún con esas medidas no se logra cambiar la situación, se puede acudir al juzgado civil o contencioso administrativo con todas las pruebas posibles de la actividad que ocasiona las molestias y de los vecinos implicados. Se pueden llegar a situaciones extremas en las que la convivencia resulta muy complicada. Algunos afectados incluso pueden plantearse expulsar a un vecino de la comunidad, si bien para llegar a este extremo hay que demostrar con pruebas que se realiza una actividad molesta, insalubre, nociva, peligrosa o ilícita.
Algo como echar a tus vecinos debería ser siempre la última solución.
Siempre es complicado acertar en la forma de actuar con un vecino molesto. Los problemas de convivencia son habituales pero las normas también son estrictas y protegen a todos frente a los abusos de algunos. Es cierto que los vecinos molestos necesitan soluciones, en algunos casos imaginativas y en otros casos decididas y contundentes. Sería ideal poder llegar a entendimientos y acuerdos con los vecinos problemáticos para que cesaran en sus molestias. En muchos casos eso no es posible, y por desgracia, no quedará otro remedio que denunciar al vecino molesto para que haya un cambio efectivo en la situación.
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